lunes, 24 de enero de 2011

Pittsburgh conquista la Conferencia Americana y jugará por su séptimo Trofeo Lombardi




Se trata de frases casi tan antiguas como el fútbol americano mismo. Las hemos escuchado tantas veces que se antojan anticuadas, y en ocasiones remiten a fotografías viejas de tipos portando cascos de cuero y mostrando una dentadura incompleta.
"Los partidos se ganan en la línea de golpeo".



"La carrera abre el pase".

"La defensiva gana campeonatos".
La NFL, como liga profesional, no ha sido inmune a la evolución. Cambios en las reglas, la proliferación de estadios techados, y la llegada de atletas con otro tipo de facultades han convertido a la liga en un espectáculo aéreo.
Sin embargo, de vez en cuando, alguien nos recuerda que esas tres máximas del fútbol americano todavía conservan una validez significativa. Los Pittsburgh Steelers jugarán en dos semanas por su séptimo Trofeo Vince Lombardi porque este domingo, se apegaron a esas tres reglas que probablemente sean lo más cercano a una verdad absoluta en la NFL, por más que las ofensivas modernas quieran trazar caminos divergentes.
Pittsburgh recibió en Heinz Field a unos New York Jets que venían de derrotar en semanas consecutivas a los Indianapolis Colts y New England Patriots --y con ellos a los mariscales de campo más celebrados de la liga, Peyton Manning y Tom Brady-- en calidad de visitantes. Mark Sanchez, pasador de los Jets, buscaba su quinta victoria de gira en postemporada, en apenas dos temporadas como profesional. Los anfitriones tenían otra cosa en mente.
Los Steelers saltaron al campo, desataron al corredor Rashard Mendenhall, y rápidamente se pudieron arriba por marcador de 24-0 en el segundo periodo del Juego de Campeonato de la AFC. Mendenhall corrió el ovoide 27 veces para 121 yardas con una anotación. Noventa y cinco de esas yardas llegaron en los dos primeros periodos. Además, atrapó dos pases para añadirle otras 32 yardas a su total.
Los Jets, en cambio, entraron a los vestidores para el medio tiempo con 1 yarda por tierra, y apenas 8:56 con el balón en su posesión, contrastando con los 21:04 de los Steelers. Al final del segundo cuarto, New York caminó 44 yardas en siete jugadas --4 de 6 pases completos de Sanchez, sin jugadas por tierra, más un primer intento gracias a un castigo por sujetar del esquinero Bryant McFadden-- para conseguir un gol de campo con nueve segundos por jugar, que se antojaba incluso demasiado para lo poco que habían hecho hasta ese momento los visitantes.
"Esos primeros 30 minutos fueron dignos de campeonato", expresó Mike Tomlin, entrenador en jefe de los Steelers. Los tres touchdowns de los Steelers llegaron en un acarreo de Mendenhall, un acarreo de Ben Roethlisberger, y una devolución hasta las diagonales por parte de William Gay, después de la captura con balón suelto forzado de Ike Taylor sobre Sanchez.
"Teníamos que demostrarles quién mandaba", declaró el tackle ofensivo, Flozell Adams. "Ellos venían de hacer a un lado a los Indianapolis Colts y New England Patriots. Nosotros salimos a demostrarles que aquí habría una pelea de perros".
"Los partidos se ganan en la línea de golpeo".



"La carrera abre el pase".

"La defensiva gana campeonatos".
Pittsburgh hizo caso de los tres mandamientos y justamente se encontraba arriba de manera holgada, 24-3.
La segunda mitad fue otra historia. Mendenhall consiguió apenas 26 yardas en 10 acarreos. Las cuatro series ofensivas de los Steelers en la segunda mitad terminaron en intercepción --la segunda del partido para Roethlisberger--, despeje, safety, y el final del partido con la rodilla al suelo. Los Steelers apenas pudieron mover el ovoide 74 yardas hacia adelante, después del medio tiempo.
Al otro lado del campo, los engranes ofensivos de los Jets empezaban a girar. Sanchez tiró dos pases de anotación --de 45 yardas para el ex Steeler Santonio Holmes, y de 4 yardas para Jerricho Cotchery--, separados por un safety que llegó cuando Roethlisberger perdió la manija del ovoide en el intercambio del centro por segunda vez en el partido, consecuencia sin duda de jugar detrás de Doug Legusrky, quien estaba en el partido en lugar del novato Maurkice Pouncey, fuera por lesión en el tobillo.
Aquella ventaja holgada se esfumó casi tan rápido como se erigió. New York había anotado 19 puntos sin contestación y, aparentemente, estaban en posición de montar el ataque final.
"Simplemente estaban realizando las jugadas grandes, y conectando con los tipos que estaban abiertos", explicó el apoyador externo de los Steelers, LaMarr Woodley. "Realmente no puedo decir que hicimos algo distinto. Sólo se estaban descubriendo. Eso fue todo".
"Sanchez estaba haciendo jugadas", reconoció James Harrison, contraparte de Woodley en la defensiva de Pittsburgh. "Simplemente tuvieron una mejor segunda mitad".
Entonces, con el partido y un boleto al Super Bowl en juego, Pittsburgh salió del letargo ofensivo casi tan repentinamente como entró en él.
Los Steelers tomaron posesión del ovoide en su propia yarda 41, con 2:56 por jugar, y la imperiosa necesidad de conservar el balón en su control. Mendenhall corrió para 1 yarda, seguido de un pase de 14 yardas de Roethlisberger para el ala cerrada Heath Miller, que obtuvo un nuevo primer intento y forzó a New York a quemar su segundo tiempo fuera. Después de otros dos acarreos de Mendenhall, de 2 yardas cada uno, los locales enfrentaban una crucial tercera oportunidad y 6 por avanzar con 2:00 restando en el reloj de juego.
"Los partidos se ganan en la línea de golpeo".



"La carrera abre el pase".

"La defensiva gana campeonatos".
Roethlisberger tomó el ovoide, roló hacia su lado derecho para escapar de la presión, y tiró un pase para Antonio Brown que el receptor novato pudo apresar contra su pecho para ganancia de 14 yardas. Tanto en el pase a Miller como en el pase a Brown, los Jets debieron honrar la posibilidad de la carrera. New York estaba batallando frente a Pittsburgh y frente al reloj de juego. La extraordinaria habilidad de Roethlisberger de mantener viva la jugada con su movilidad fue factor, pero los Jets consideraban la carrera.
Después del pase a Brown, Roethlisberger únicamente debió hincarse en tres oportunidades para ponerle el punto final a la gran campaña de los Jets, y extender la temporada de los Steelers hasta el Super Bowl, donde el equipo con más Trofeos Lombardi --6-- enfrentará al equipo con más títulos en la historia de la NFL --12--, los Green Bay Packers.
Le pregunté al esquinero Bryant McFadden si la defensiva ganaba campeonatos, a lo que respondió: "Yo pienso que sí, y no solamente lo digo por ser un jugador defensivo. Simplemente al observar los deportes, tienes que contar con una buena defensiva para tener la oportunidad de acercarte siquiera a un campeonato".
En la era de los extravagantes ataques aéreos de la NFL, Pittsburgh demostró que aún hay cabida para ganar campeonatos "a la antigüita".

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