Cuando Ricky Rubio reparte 11 asistencias -su récord como jugador azulgrana- y Juan Carlos Navarro, Pete Mickeal y Terence Morris anotan 45 puntos en poco menos de veinte minutos en la pista a nadie le extraña que la escuadra de Xavi Pascual decida ya un encuentro en los primeros siete minutos (24-7).
Eso fue lo que pasó ante el Gran Canaria 2014, el único equipo que durante la pretemporada doblegó al equipo de Xavi Pascual (81-76), y que fue arrollado en el Palau Blaugrana por 83-58.
Si la pasada temporada los grancanarios fueron superados en este mismo escenario por 105-55, ayer sólo la relajación local en la segunda mitad evitó unos guarismos semejantes.
De memoria.
Pero la diferencia más notable, además del potencial de una y otra escuadra, fue el hecho de que los hombres de Pascual, con sólo la incorporación del pívot serbio Kosta Perovic en esta temporada, siguen jugando casi de memoria con jugadas milimetradas bajo la batuta de Ricky.
El que la batería exterior azulgrana fuese letal, provocó que la interior -N'Dong, Vázquez, Lorbek y Perovic- tuviese un papel menos brillante ante un rival que sólo podía oponer a Sitapha Savané, Xavi Rey (8 rebotes) y el debutante ACB Judson Wallace y que nunca fue una amenaza real.
Quizás por ello todo el juego ofensivo del equipo de Pedro Martínez recayó en el escolta Jaycee Carroll, una de sus piezas claves la pasada temporada. Con 17 puntos fue el único jugador visitante que pasó de la decena, aunque su porcentaje de tiro fue muy bajo (8 de 18) y la falta de acoplamiento de sus seis nuevos compañeros se notó en exceso.
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