viernes, 25 de febrero de 2011

Cabrera ofrece "mil disculpas"


Miguel Cabrera ofreció el jueves "mil disculpas" y prometió trabajar para rescatar su reputación tras el último incidente provocado por el consumo de bebidas alcohólicas en el que se vio involucrado el astro venezolano de los Tigres de Detroit.
Cabrera se presentó el jueves al campo de entrenamientos de los Tigres de Detroit por primera vez desde que la semana pasada fue detenido por sospecha de conducir en estado de ebriedad.
Se anunció que el primera base de 27 años ingresará a un programa de terapia que es manejado por las Grandes Ligas y el sindicato de jugadores.
"Primero que nada me siento avergonzado por lo que pasó esa noche", declaró Cabrera en español en una rueda de prensa en Tigertown, la sede de pretemporada de club en Florida.
"Le pido disculpas a mis compañeros, al dueño, a los aficionados, a todos, por ese acto vergonzoso. He trabajado en esa situación. Les pido mil disculpas".
Cabrera fue detenido el 16 de febrero bajo sospecha de conducir borracho y no acatar las indicaciones del agente de policía, ambos delitos menores. Deberá comparecer ante el tribunal el 16 de marzo.
Según el reporte de la policía del condado de St. Lucie en Florida, tras avistarse un auto humeante, los agentes se percataron que el jugador olía a alcohol, hablaba con la voz entrecortada y hasta quiso tomar un trago de una botella de escocés frente a las autoridades.
Sus disculpas también fueron para la policía, "por la actitud que tomé esa noche".
"Estoy bien avergonzando de lo ocurrido esa noche", afirmó Cabrera, quien vestía un suéter blanco y era rodeado por ejecutivos de los Tigres y su agente Fernando Cuza.
"Creo en la justicia de Estados Unidos y creo en la reputación de mi nombre. Trabajaré para que ganarme el respeto de todos", añadió.
También fue franco y directo cuando le preguntaron si quería seguir conduciendo: "Yo no quiero manejar más nunca".
Este fue el más reciente problema de Cabrera por culpa de la bebida.
En 2009, el inicialista estuvo involucrado en una pelea con su esposa tras pasar una noche de copas, luego de un partido al final de la temporada regular en el que su club cedía a los Mellizos de Minnesota la punta de la división Central de la Liga Americana.
El gerente del equipo, Dave Dombrowski, tuvo que recoger a Cabrera en la comisaría después de dicho incidente. No le formularon cargos.
Dombrowski indicó la semana pasada que Cabrera tendrá que someterse a un tratamiento antes de presentarse a los entrenamientos.
Rob Manfred, vicepresidente ejecutivo de las Grandes Ligas, informó el jueves que Cabrera "comprende que cualquier nuevo incidente relacionado con consumo de alcohol podrá acarrear consecuencias más fuertes".
Durante el entrenamiento primaveral del año pasado, Cabrera dijo que había dejado el alcohol después de pasar buena parte de la pretemporada recibiendo asesoramiento.
Cuando el jueves le preguntaron si podía describirse como un alcohólico, Cabrera indicó que sólo sus médicos podían hablar al respecto.
"No estoy en condición de decir si soy esto o lo otro", declaró Cabrera, quien el año pasado registró la mejor campaña de su carrera al batear para .328 con 38 jonrones y 126 impulsadas.
Sostuvo que lo ocurrido la semana fue un hecho desafortunado.
"Este fue un momento de frustración que me pasó esa noche. He seguido viendo a mi médico, fue un día de mala suerte, un día que es parte del proceso (y) lo estoy lamentando ahorita".
También le mencionaron el caso de Josh Hamilton, el jardinero central de los Rangers de Texas que cuenta con un mentor para que evite recaídas con las adicciones al alcohol y las drogas que le afectaron al comienzo de su carrera.
Cabrera se mostró favorable a emular ese ejemplo.
"Haré todo lo posible, trataré de tener alguien, buscar a alguien para estar al lado mío para que las cosas salgan bien", señaló.

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