Los jugadores del Real Madrid ya tienen entre sus manos una Copa del Rey nueva, sin daños, aunque del "banquillo", gracias a un "plan b" que siempre se diseña para salvar cualquier eventualidad en las finales de fútbol y que ayer se tuvo que activar por primera vez tras la caída y atropello del trofeo.
"Desde las 05.30 horas de hoy (ayer) el Real Madrid tiene en su poder una copa en perfectas condiciones para que la puedan disfrutar con sus aficionados", ha señalado en declaraciones a EFE-TV Federico Alegre, propietario de la joyería madrileña donde se fabrica la copa.
Y es que siempre se viaja a la ciudad donde se juega una final de fútbol, en este caso Valencia, con otro trofeo, "medio escondido" y del que nadie tiene conocimiento, "para que pueda dar soluciones".
Según ha relatado Alegre, en el camino de regreso a Madrid desde el estadio de Mestalla venía oyendo la radio, cuando escuchó, sobre las 04.00 horas, que el trofeo había sufrido un accidente cuando al jugador Sergio Ramos desde lo alto del autobús se le cayó y fue a parar al asfalto, donde fue atropellado por el citado vehículo.
Alegre pensó al principio que se trataba de una broma de los locutores, pero cuando constató que no era así, tomó la decisión de ir al estadio Santiago Bernabéu, ha contado el propio joyero, quien en ese momento se encontraba a 50 o 60 kilómetros de la capital.
"Llegué dos o tres minutos antes que el autobús con los jugadores, que venían de la plaza de la Cibeles", ha añadido el joyero, quien transportaba la copa de repuesto en su coche.
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