Superada la treintena, Lamar Odom se ha consolidado al fin como un jugador respetado. El polivalente alero de los Lakers ha sido reconocido esta semana como Mejor Sexto Hombre de la NBA, un galardón que hace justicia a la trayectoria profesional y personal de una estrella hecha a sí misma como pocas.
Comenzó la temporada mucho antes que sus compañeros de equipo, contribuyendo con puntos y rebotes al éxito estadounidense en el Mundobasket de Turquía. Y apenas unos días después de colgarse el oro, Lamar Odom se incorpora como si nada a la pretemporada de los Lakers, que de forma extraordinaria obliga a su equipo a cambiar por unos días las playas de Hawai por las de Barcelona. Allí se muestra tan activo en los clubs nocturnos, en los que hizo estragos junto a Luke Walton, como cercano.
Relajado, con la satisfacción del deber cumplido, Odom acude al encuentro con la prensa. Todos los focos están una vez más sobre Kobe y el anfitrión Pau Gasol, así que Odom se limita a disfrutar de su condición de campeón del mundo anónimo. En sus zapatillas lleva escrito el nombre de sus tres hijos, pero por encima de todos está el recuerdo al pequeño Jayden, fallecido en 2006 de forma repentina a los seis meses de edad.
Le pregunto si no está cansado después del Mundial y de encontrarse de nuevo en una concentración. “Es mi trabajo y esto no ha hecho más que comenzar”. Las llegadas de LeBron y Chris Bosh a Miami hacen disparar el tópico de que si la temporada entrante será un mano a mano entre el campeón, sus Lakers, y un todopoderoso aspirante, el Heat. “Pregúntale a los Celtics”, me responde. “Cuentan con el mismo equipo que les llevó a la final y además, han incorporado a Shaq y Jermaine O’Neal”.
Ha pasado medio año y ni Boston, ni Lakers, ni Heat han mostrado su mejor imagen. Pero a Odom le ha bastado para firmar una de sus mejores temporadas: ocupando primero el puesto del lesionado Bynum, para ser relegado tras su reaparición al banquillo como primer recambio interior de los angelinos. Sus 14,4 puntos y 8,6 rebotes en 32 minutos son su mejor registro desde la temporada 2006/07. El mejor desde su particular homenaje a Jayden, quien le acompaña cada partido sobre el parqué.
Ahora, Odom es una celebridad también fuera de las pistas gracias a su romance con la mediática Khloe Kardashian, que le ha llevado incluso a protagonizar un ‘reality show’ y a lanzar una línea de colonias propia.
Acostumbrado a tener que compaginar sus obligaciones con la rémora moral de una infancia difícil, en la que tuvo que sufrir a un padre heroinómano y la pérdida de su madre a los 12 años, su situación actual refleja la estabilidad que tanto ha buscado a lo largo de su carrera. Y la base sobre la que se sustenta una madurez que, ahora también se traduce en galardones individuales.
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