sábado, 23 de abril de 2011

Ozzie Guillén no le da mente a un posible despido


La estabilidad de Ozzie Guillén como manager de los Medias Blancas fue uno de los temas que surgió recientemente en una charla del venezolano con los medios antes de un partido contra los Rays en el Tropicana Field.

El asunto ha dado mucho de qué hablar en las emisoras de radio en Chicago y en los foros cibernéticos de los Medias Blancas, quienes se encuentran en el cuarto lugar de la División Central de la Liga Americana a cinco juegos de los punteros Indios de Cleveland.

Pero Guillén dice que no le ha dado mente a la posibilidad de ser despedido y que no lo hará mientras no suceda.

"Todos los que se sientan aquí, todos esos tipos ahí, están en la misma situación que yo", dijo Guillén, señalando a las fotos de todos los managers visitantes que pasarán por St. Petersburg esta temporada. "A partir del momento en que firmas el contrato, estás en la silla caliente.

"Eso es lo último por lo que me preocupo. Tengo mucho dinero. Tengo mucho trabajo. Si no estoy dirigiendo a los Medias Blancas, puedo ser manager en otro lado. Quizás México o Japón. Sé que seré capataz en Venezuela. Puedo hacer muchas cosas buenas en el béisbol. Puedo irme a (la cadena de televisión) FOX. Ellos me han buscado".

No hay que pensar en ningún momento que Guillén no quiera conservar su puesto con los Medias Blancas. 

Durante los últimos ocho años, el piloto ha recalcado que no hay mayor devoto de los Patipálidos que él. Guillén ve al dueño Jerry Reinsdorf como una figura paterna y, a pesar de que tuvieron una época turbulenta en el 2010, Guillén y el gerente general Ken Williams parecen haber limado asperezas.

De hecho, durante la temporada baja, Guillén vendió su casa en la Florida para vivir todo el año en Chicago. 

Por su parte, el conjunto ejerció la opción del piloto para el 2012. Esa opción no garantiza que Guillén tenga trabajo el próximo año, pero al capataz le interesa más ayudar a sus bateadores que pensar en la fatídica llamada.

"Si me despiden, será porque me lo merezco", dijo Guillén. "No creo que ni Jerry ni Kenny me boten simplemente para mandarle un mensaje a la gente de que 'No queremos a Ozzie,' o 'Miren de lo que somos capaces.' Si me despiden, será porque mis jugadores así lo provocarán. Así veo las cosas...he sido despedido en el pasado. Si me botan, al menos puedo disfrutar los dos millones de dólares que voy a recibir el próximo año.

"La gente se preocupa por perder sus empleos cuando necesitan el dinero o necesitan el trabajo", dijo Guillén. "No me mal interpreten; quiero conservar este puesto. Pero perderlo es la más lejana de mis preocupaciones".

Tampoco esperen que Guillén cambie la forma en que hace su trabajo. Guillén dirige en la Liga Americana al estilo de la Liga Nacional y no se disculpará por eso.

"Cuando me veo en el espejo al final del día, creo que hice todo lo correcto para el equipo", dijo Guillén. "Si ves mi cuenta de Twitter ahora mismo, da risa porque todo el mundo es el manager ideal y todos me odian. Eso es parte del juego. Así son las cosas. Me divierto con las críticas.

"El año pasado, cuando [Williams y yo] tuvimos problemas, no me preocupé. Y el año pasado tuvimos muchos problemas, muchos más de lo que la gente suponía. Yo vengo a trabajar, sonrío, hablo con ustedes, hago mi trabajo de manager y luego me voy a mi casa y lloro. Frente a ustedes, estoy bien.

"Tengo tres hijos saludables. Mi familia está bien. Vi a Lou Piniella hace unos días, cenamos y se veía rejuvenecido. Este es un buen trabajo pero, al que diga que quiere ser manager, hay que cuestionar qué hay en su mente".


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