El ex jugador de la NBA, Robert Swift, fue arrestado este martes junto con otro sujeto bajo
sospecha de intentar robar una casa en Gold Bar.
La vocera del alguacil
del Condado de Snohomish, Shari Ireton, informó al canal de televisión KIRO que
el ex jugador de los Sonics, de 29 años de edad, fue arrestado por una orden
emitida por un previo cargo de posesión de armas, y fue encarcelado en Seattle.
La orden de arresto fue
emitida en noviembre luego de que Swift no se presentara a la corte para
defender el cargo por posesión de una escopeta recortada que fue encontrada en
octubre durante una redada a una casa en Kirkland donde habitaba. Su compañero
de cuarto fue acusado de delitos con narcóticos.
La oficina de la
fiscalía del Condado de King dijo que está programada una audiencia para el
cargo por posesión de armas el lunes en la Corte Superior del condado.
Una vocera del
Departamento de Defensa Pública del Condado de King, Leslie Brown, informó el
viernes que defenderá a Swift, pero los abogados no pueden comentar sin el
permiso de su cliente. El departamento representa a acusados indigentes.
De los promesa de NBA a sicario de un narco
El pasado mes de
noviembre el nombre de Swift volvía a los titulares de prensa después de ser arrestado por posesión ilegal de armas, entre
ellas un lanzagranadas. Además, en la investigación se descubrió que el
ex jugador adicto a la heroína, a las metanfetaminas
y a la marihuana se ganaba la vida como el matón de un narcotraficante
del condado de King, en Seattle.
Súper prospecto de NBA
El pívot fue elegido con
el número 12 del draft de 2004 (encabezado por Dwight Howard) por delante de
nombres que hoy son estrellas de la NBA como Al Jefferson o, por lo menos,
jugadores con una carrera contrastada como Josh Smith, J.R. Smith, Tony Allen o
Kris Humphries. Una condición para la que Swift parecía predestinado, pero que
nunca alcanzó.
Todo lo contrario. El
pívot californiano aterrizó en la NBA, pero nunca llegó a asentarse como el
jugador que todos esperaban. Y todo por culpa de las lesiones, que lastraron a
un gigante de 2'16 y que no le dejaron desarrollar todo su potencial. Apenas 97
partidos en la mejor liga del mundo disputando 15,5 minutos por partido y con
unas medias de 3,9 rebotes y 4,3 puntos por encuentro.
Números discretos que
sin embargo le valieron contratos hasta llegar a los 20 millones de dólares de
ganancias en toda su carrera. Una cifra
que tampoco supo administrar y que finalmente le condujo a una espiral
de autodestrucción que en estos últimos meses ha atacado al ex NBA con fuerza.
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